El tiempo transcurre rápido, sin detenerse, en ningún momento pensé que lo podía hacer. El tren de la vida sigue su camino sin de tenerse, no hay estaciones, no ha lugares, el paisaje es gris o de colores, según depende del recorrido de cada uno. Tenemos prisa por vivir, pero que significado encontramos a la palabra o es como muchas otras palabras un vacío, un espacio de supervivencia y nada mas.

A Niko, le sucedía alguna cosa semejante, el tiempo corría aceleradamente y el no podía frenarlo, quería hacer muchas cosas, que fue dejando de lado, no tenia tiempo, o cuando quería hacerlas el tiempo se había fugado.

Niko sufrió una guerra y la perdió, fue a la cárcel, cuando salió continuo su oficio de “pelotari”. Conoció momentos dulces, conoció Barcelona, se enamoro y vino a vivir a Barcelona, sus ganes de hacer cosas le hicieron montar un bar. Le puso el nombre de la ciudad y fue un refugio para amigos y conocidos, abrió las puertas de su local y su corazón a todos aquellos que se querían acercar a la cultura de su país.

Tuve el honor de conocerlo hace 20 años, fue un amigo, me llevó a conocer su tierra y su pueblo, Motriko. Allí me abrió las puertas de conocidos y de su familia. Fueron tiempos de conocimiento y de aprendizaje de una cultura y de unas gentes que la política y los mensajes que nos llegan no ayudan a conocer a un pueblo, que ama la paz y la vida.

Niko, allá donde estés, espero que puedas pasear por playas blancas y tranquilas, hablar con tus viejos compañeros que antes que tu hicieron el camino. Hasta siempre viejo amigo, maestro de la vida, compañero en largas tertulias, donde siempre demostrabas lo importante que es escuchar.

Una abrazo, un recuerdo amigo,